"Como una película porno": Se lo di a mi jefe durante una conferencia en Bahía

Lo sentí más relajado que las otras veces que tomamos algo en São Paulo, pero hasta entonces no había pasado nada. Al día siguiente, pasamos todo el día en la conferencia y fuimos a cenar para ponernos al día con los chismes. El segundo día, Luan estaba cansado de las clases y con mucho trabajo en la oficina. "No aguanto más, Isis. ¿Nos vamos a emborrachar hoy?". Como vi que estaba muy cansado y necesitaba un hombro para llorar, acepté.
Nos encontramos en el vestíbulo del hotel y fuimos a un bar en Rio Vermelho. Luan me habló abiertamente del trabajo y la vida. Me contó que acababa de romper con alguien con quien había estado liado y que no tenía tiempo para compaginar su vida profesional y personal. "Creo que voy a acabar soltero", bromeó. La cerveza me había afectado mucho, porque sin querer dije en voz alta: "Solo te excitas así si tú quieres".
Se rió con torpeza y noté que había cambiado su forma de hablarme. Empezamos a coquetear, tal como recordaba del bar al que fuimos en São Paulo. La conversación duró casi dos horas y el camarero nos interrumpió diciendo que el bar estaba a punto de cerrar. Pagó la cuenta y tomamos un taxi de vuelta al hotel.
Al llegar al hotel, tomamos el ascensor hasta nuestra habitación y sentí que Luan me miraba el trasero. Me invadió una oleada de emoción y seguimos por el pasillo. "¿Te gustaría tomar otra copa en mi habitación?", pregunté. Asintió y me siguió.
Abrí la puerta de mi habitación y Luan me empujó contra la pared. Empezamos a besarnos con fuerza. Su mano empezó a arrancarme el sujetador y a apretarme el pecho con fuerza. Nuestro beso se interrumpió cuando empezó a lamerme el pezón como si supiera lo que hacía. Nos fuimos a la cama y Luan me quitó las bragas y me chupó con fuerza. No sé si alguna vez me habían chupado tan bien, pero en pocos minutos me corrí en su boca.

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